Áreas Especializadas

Unidad diagnóstico precoz de cáncer de pulmón

La ciencia lleva más de medio siglo buscando anticiparse al desarrollo, progresión y pérdida de control sobre esta enfermedad fatal. En la actualidad tenemos protocolos de despistaje y monitorización basados en el TAC, ahora estamos introduciendo un mecanismo de control adicional con la detección y el análisis de la respuesta de anticuerpos generados contra el cáncer desde el inicio de la enfermedad.

Unidad de EPOC

La enfermedad pulmonar obstructiva crónica y el enfisema suponen formas de deterioro irreversible de bronquios y pulmones. La mayoría de las veces el origen es un hábito de fumador previo presente o pasado. El diagnóstico y seguimiento del proceso puede controlar la evolución para que esta no sea rápida e invalidante para el paciente.

Unidad de asma

Los nuevos tratamientos biológicos van a permitirnos ofrecer opciones de mejora sustanciales a nuestros pacientes. Estudiamos cada caso para buscar nuevas opciones terapéuticas.

Unidad de enfermedades intersticiales

Las fibrosis pulmonares son un grupo de enfermedades en las que por diversas causas el tejido pulmonar sufre un endurecimiento y cicatrización que lo hace rígido, llegando a ser inservible para su función ventilatoria. Algunas enfermedades de este grupo son temibles y se deben tratar con fármacos especiales que solo se utilizan en el hospital previo diagnóstico.

Unidad de tos crónica

Es un síntoma tan frecuente como molesto producido por una gran cantidad de enfermedades aunque la mayoría de las veces obedece a un número pequeño de causas más frecuentes. Nuestro trabajo en este caso consiste en realizar las pruebas que nos permitan averiguar las causas y diseñar un tratamiento específico.

Unidad de transtornos de sueño

Muchas personas que respiran bien durante el día, sufren paradas respiratorias mientras duermen. Esta situación hace que en ocasiones el paciente no esté bien descansado durante el día y tenga poca energía o se duerma con facilidad, con riesgo de accidentes. Además las paradas respiratorias nocturnas obligan al cerebro a forzar al corazón, pulmón y arterias desgastándose y aumentando la probabilidad de infartos, arritmias, hipertensión e insuficiencia respiratoria entre otras.

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